Asegura el escritor Elvio Gandolfo: “Aunque parece simplemente descriptivo, el título Tres libros de cuentos, del uruguayo Mario Arregui, tiene algo de conceptual: a la larga uno lo recuerda como el título de un solo libro.
Porque no es la mera suma de esos tres libros anteriores —Noche de San Juan (1956), Hombres y caballos (1960) y La sed y el agua (1964)—. Al sacar y agregar relatos, incluir algunas variantes, más los prólogos a cada libro, Tres libros de cuentos (editado por Arca en 1969 con un extenso prólogo de Angel Rama) se convirtió en el título central de su escueta producción.
Uruguayo, campero, de izquierda, hijo de vascos, fastidiado de la gran ciudad… Tanto su calidad de gran lector como la experiencia absorbida en las tareas rurales son rasgos nítidos en sus relatos. La mezcla de ambas virtudes se nota en un estilo tan preciso como áspero. En esta selección amplia de lo mejor de Arregui los cuentos que se destacan y se prenden a la memoria son los de acción y tensión.
Para cruzar el charco, salvo error u omisión, este libro tardó más de cuarenta años.
El tan mentado charco parece más difícil de salvar, muchas veces, que el viejo Muro de Berlín. Gloria y loor a los pequeños sellos argentinos que editan antiguos y estupendos libros de cuentos uruguayos”.
Cabe señalar que Arregui nació en el Departamento de Flores, Uruguay, en 1917. Nieto de inmigrantes vascos y lombardos, pasó su infancia y juventud en el campo, en estrecha relación con los usos y lenguajes rurales.
En la década del ’30 se trasladó a Montevideo, donde inició estudios de abogacía, que abandonó prematuramente. Durante esos años se vinculó con la denominada Generación del ’45, donde conoció a Juan Carlos Onetti, Francisco Espínola, Carlos Maggi, Angel Rama, Líber Falco y Manuel Flores Mora, entre otros.
Publicó los libros Noche de San Juan (1956), Hombres y caballos (1960), Líber Falco (1964), La sed y el agua (1964), Tres libros de cuentos (1969), El narrador (1972), La escoba de la bruja (1979) y Ramos Generales (1985), este último en forma póstuma. Murió en Montevideo, en 1985.